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Prostitución, historia en Latinoamérica

La historia comparada nos permite preguntarnos por fenómenos históricos en perspectiva mucho más amplia que la historia local. En el caso de la prostitución, al revisar el fenómeno a nivel internacional, podemos advertir las políticas e ideologías que subyacían a las prácticas y las representaciones, y cómo éstas fueron introducidas desde Europa en América Latina por las elites intelectuales bajo el paradigma de la modernidad. Sin abandonar la historicidad específica de cada país, y sus apropiaciones locales sobre cómo administrar y regular la prostitución, la historia comparada nos permitirá dilucidar continuidades y resistencias sobre estructuras, patrones de acción y prácticas, entre países que compartieron una ideología modernizante sobre el meretricio, con tensiones entre reglamentación y abolición

Prostitución

Los límites de la legalidad/ilegalidad en el ejercicio del trabajo sexual han enmarcado las discusiones que de trasfondo encierran la trasgresión de límites de lo que se ha considerado privado en su doble connotación, pues por una parte la exteriorización de la sexualidad no corresponde con la esfera de la intimidad, de lo que no saldrá nunca a la luz de lo público y, por otra parte, el trabajo sexual implica la trasgresión de lo privado, de la privación de la sexualidad.

Aterrizando en la real

Ahora bien, ¿qué sucede en el mundo contemporáneo en donde los límites de lo privado en su doble sentido se han delineado al margen de límites borrosos? Si bien el desarrollo del trabajo sexual no es contemporáneo, las discusiones que enmarcan su legalidad se han adelantado significativamente en un panorama histórico que encierra una serie de fenómenos que dan una orientación específica al fenómeno, como lo es la aceleración de la globalización, especialmente económica, que inevitablemente ha llevado a una aceleración del libre intercambio y en este contexto aparece acérrimamente una circulación masiva en el libre mercado mundial del sexo, lo cual implica necesariamente una movilidad de las personas prestadoras de servicios sexuales o, en otros casos, se hace uso del desarrollo tecnológico que permite una circulación global desde el plano de lo local, como lo que representa la pornografía con su rápida extensión en medios como Internet.

Scort en Cama

El nuevo panorama ha traído al presente viejas discusiones, especialmente en el plano de lo legal, que así mismo ha traspasado las fronteras y ha permitido el diálogo de diversas latitudes frente a un fenómeno que ha desembocado en una tipificación tan extensa que presenta nuevos retos a nivel global y obviamente en Latinoamérica.

La prestación de servicios sexuales es tan amplia que necesariamente da cuenta de la demanda de estos, por lo cual las tarifas pueden variar según la región geográfica en donde se desarrolla la actividad, teniendo en cuenta las "preferencias del consumidor. En todo el continente americano la práctica del sexo oral representaba un alto precio sin desconocer el tabú que representaba esta práctica, pero cuando las actitudes sociales cambiaron su reducción en el precio fue significativo, por lo que la oferta (no necesariamente en el comercio sexual) de esta actividad sexual fue tan extendida y normalizada en las prácticas sexuales que redujo considerablemente su precio. Este es tan solo un caso que ilustra, por una parte, la heterogeneidad en las cifras que pueden presentarse por cuenta del mismo comportamiento de la oferta y la demanda y, por otra parte, revela la complejidad del estudio cuantitativo en el intento de realizar estudios comparativos debido a que las conductas sexuales o, en otras palabras, "las preferencias del consumidor" pueden variar significativamente implicando una distorsión en su análisis.

Un cambio de curso en el tiempo

Si partimos de la idea de que la prostitución es una opción laboral, ha de configurarse en todas las alternativas posibles legales del país, desde la contratación por cuenta ajena hasta el trabajo autónomo, según el interés de la trabajadora y no del empresario.

Bajo este paradigma el país europeo que se suele tomar como ejemplo es Holanda. Sin embargo, las medidas que legalizan el ejercicio de la prostitución son de reciente aprobación, por lo que no existen valoraciones definitivas todavía.

En Holanda se estima que existen entre 25 y 30 mil personas que se dedican a la prostitución y alrededor de 50% son migrantes. Aunque son de procedencias dispares (del sudeste asiático, Europa del Este, África y América Latina), la mayor proporción de mujeres proviene de América Latina. Existen varias formas de prostitución, entre ellas las famosas vitrinas, pero son los clubes los que representan la mayor parte de la industria del sexo en este país, y en menor medida, casas privadas (de citas), en las fincas, servicios de "acompañamiento" y, por supuesto, trabajo de calle.

Kinesióloga

Pero Holanda también ha tenido su proceso histórico con respecto a este tema. Así, hasta 1911 su política era reglamentarista. En esta fecha se pasó a una política abolicionista tolerante con la prostituta e intolerante con el proxeneta. Esto significa que permitía el ejercicio de la prostitución de una persona por su cuenta (como expresión de las libertades civiles), pero penalizaba la explotación de un establecimiento de sexo, o sea, el hecho de dar un lugar a la prostitución. Esta actitud frente a la prostitución tenía una traducción directa: las prostitutas ejercían en un ambiente de clandestinidad. La aplicación de estas medidas se hacía bajo el espíritu de tolerancia característico de las políticas holandesas: aunque formalmente estuviera prohibida la explotación de la prostitución, en la práctica se toleraba la existencia de locales y negocios dirigidos al comercio sexual: la policía deja en paz a los establecimientos de prostitución, siempre que allí no se lleven a cabo actividades criminales y no se perturbe el orden público. Por tanto, la consecuencia negativa terminaba siendo siempre para la mujer, que se hacía más vulnerable y trabajaba en peores condiciones laborales y de vida.

Sin embargo, el negocio de la prostitución va mutando día a día, así como también lo hace el mundo donde labora. Es innegable ver como la pandemia y la globalización ya existente ha digitalizado tanto nuestra realidad. Haciendo que el negocio del sexo también sea diferente.

Ahora no solo existe el trabajo de prostitución tradicional, sino que también puedes contar con una gran cantidad de servicios sexuales o eróticos de otra índole. Las escorts son un buen ejemplo de ello.

Mujeres bellas, generalmente de un estatus económico promedio, eligen trabajar en este rubro de damas de compañía. El servicio no necesariamente debe terminar en sexo, pero está implícito. No obstante, la paga es muy buena y en la mayoría de casos los clientes personas acomodadas y generosas que recompensan de muy buena manera los servicios brindados y al mismo tiempo se convierten en fieles clientes. Todas estas posibilidades seducen en gran manera a mujeres que saben que pueden ofrecer un servicio de calidad y que reconocen su compañía como A1.

También tenemos los servicios digitales, donde no se necesita la presencia física de quien ofrece los servicios y dada su naturaleza digital, puede llegar a varias personas al mismo tiempo. Todo esto abre un gran panorama para tratar de vislumbrar cómo será la prostitución del futuro.

El precio en Latinoamérica

En Latinoamérica, el servicio de escorts es completamente diferente que en muchas partes del mundo. Hablando a nivel sociológico, las mujeres sudamericanas, ofrecen sus servicios de escorts, más que por una profesión, lo ofrecen es por una necesidad. Pero, aunque los servicios no se prestan con los mismos fines que en otros países del mundo, el servicio de escorts en Sudamérica es muy bueno, ya que una cosa que determina a las mujeres latinoamericanas es su belleza.

Los costos de este servicio varían de acuerdo al país en que te encuentres, y actualmente por la situación política en la cual se encuentra un país como Venezuela, se pueden ver muchas chicas venezolanas trabajando como Escorts en diferentes países latinoamericanos por un coste bastante bajo. Es importante mencionar que se puede conseguir escorts muy profesionales en Sudamérica, mujeres que alcanzarán un nivel VIP, estás pueden ofrecerte servicios que van desde los $400 la hora como tarifa mínima

Dentro de los casos sociológicamente hablando, cambia todo, es el caso de Venezuela, actualmente vas a conseguir escorts venezolanas en todos los países sudamericanos y aún hasta con la misma intensidad que como si estuvieras en Venezuela. Pero, como las venezolanas siempre han sido catalogadas mujeres muy hermosas, el costo de sus servicios puede ser aún mayor que el de cualquier mujer en el resto de los países sudamericanos.

Infographic: Cuanto Cobra una Kinesióloga

Mapa de cuánto cobra una escort en Sudamérica.

Ejemplo de ello es Colombia, una escort en Bogotá puede cobrarte mucho más económico que una escort en Venezuela. Es importante mencionar que Colombia es considerado el país en donde menos le pagan a una escort, los precios por este servicio alcanzan los $60 por hora en cambio en Venezuela o con una escort venezolana deberás pagar alrededor de $80 la hora, dependiendo de dónde la solicites. Por otro lado, tenemos las escorts en Paraguay las cuales tienen un costo de sus servicios que van desde los $150 y es considerado el segundo país en donde mejor se paga por este servicio.

Sexo digital

La pandemia ha reforzado una nueva manera que exploran muchos jóvenes y estudiantes para obtener ingresos en las redes sociales y que muy pocas veces incluye exponer explícitamente su intimidad. Sin embargo, no está exento de riesgos

Botellas de agua de baño de influencers se venden a 30 dólares el frasco. Algunas modelos de videollamadas se han apartado de las actuaciones eróticas puesto que pueden ganar más vendiendo galletas caseras y broches de cabello. Incluso puedes pagarle a un desconocido para que se atiborre de bocadillos de Trader Joe’s, si te gustan este tipo de cosas. Para algunas personas, esa clase de servicios son un empleo de tiempo completo. Otros lo ven como un trabajo complementario, en el que la remuneración por hora puede ser mucho mayor al salario mínimo por, digamos, pasear perros o servir de barman. Además, puedes hacerlo desde la comodidad de tu apartamento o tu residencia de estudiante.

Scort

 “Muchos sexoservidores ahora ofrecen parte o la totalidad de sus servicios en un entorno digital”, señaló la socióloga Angela Jones en un artículo académico de 2016 llamado “I Get Paid to Have Orgasms” (me pagan por tener orgasmos), publicado en la revista Signs Journal of Women in Culture and Society de la Universidad de Chicago. En otras palabras, el trabajo sexual ha sido, en gran medida, un oficio virtual desde hace años. La pandemia solo ha acelerado esa tendencia. En marzo y abril, por ejemplo, OnlyFans declaró que vio un aumento del 75 por ciento en sus nuevos usuarios y creadores. Tal vez ya es bien sabido que el hecho de venderte a ti mismo —tu cuerpo, tu contenido, tus fotografías de desnudos, tu apetito, tu línea telefónica— ya no es un tabú ni es considerado denigrante. Muchas personas, sobre todo las que crecieron con las redes sociales, se sienten totalmente cómodas con exponer cada detalle de sus vidas en línea. Además, la idea de que cualquier cosa o persona se puede monetizar como una marca se ha convertido en una creencia popular en el mundo empresarial.

Así que cualesquiera que sean las inquietudes válidas en términos morales, éticos y de seguridad con respecto al trabajo sexual en línea, no se puede negar que para esta nueva cohorte de actores y creadores de contenido —muchos son trabajadores independientes expertos en tecnología que tienen empleos ajenos a la industria del entretenimiento para adultos y no se identifican como estrellas porno— este es un camino hacia algo parecido a la estabilidad financiera.

Fuentes

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